Actuemos como el colibrí

Naciones Unidas nos invita este año a “acelerar el cambio” para cumplir con el ODS 6: todos tendríamos agua y saneamiento gestionados de forma segura para 2030

Para este 2023, la ONU ha partido de la siguiente fábula para definir la campaña de este año en conmemoración del Día Mundial del Agua que se celebra el próximo 22 de marzo:

“Cuenta la leyenda que un día hubo un incendio enorme en el bosque. Todos los animales huían despavoridos, pues era un fuego terrible. De pronto, el jaguar vio pasar por sobre su cabeza al colibrí en dirección contraria, es decir, hacia el fuego. Le extrañó sobremanera, pero no quiso detenerse.
Al instante, le vio pasar de nuevo, esta vez en su misma dirección. Pudo observar este ir y venir repetidas veces, hasta que decidió preguntar al pajarillo, pues le parecía un comportamiento harto estrafalario:
¿Qué haces colibrí?, le preguntó.
Voy al lago -respondío el colibrí- tomo agua con el pico y la echo al fuego para apagar el incendio.
El jaguar sonrió…
¿Estás loco? -le dijo. ¿Crees que vas a conseguir apagarlo con tu pequeño pico tú sólo?
No -respondió el colibrí- yo sé que solo no puedo, pero ese bosque es mi hogar… Me alimenta, me da cobijo a mí y mi familia, y le estoy agradecido por eso, yo lo ayudo a crecer polinizando sus flores. Yo soy parte de él y él es parte de mí. Yo sé que solo no puedo apagarlo, pero tengo que hacer mi parte…
En ese momento, los espíritus del bosque que escuchaban al colibrí, se sintieron conmovidos por la pequeña ave y su devoción hacia el bosque y milagrosamente enviaron un fuerte chaparrón, que terminó con el incendio.

¿Qué es la crisis mundial del agua y el saneamiento?

Puede que, cuando se oye hablar de la crisis del agua y el saneamiento, sea difícil imaginarse lo que supone a nivel mundial. Los datos y las estadísticas son importantes, pero pueden despersonalizar esta crisis y desalentar a la gente a actuar.

Así pues, ¿qué pasaría si aplicásemos esta situación de crisis mundial a una comunidad de tan solo 100 personas?

Un total de 25 personas tendrían que recoger agua insalubre de un arroyo o estanque, que por lo general estaría muy alejado, o bien tendría que hacer cola durante horas y pagar un alto precio a un vendedor. De forma sistemática, el agua les haría enfermar tanto que no podrían ir al trabajo o a la escuela. La muerte por enfermedades totalmente evitables, como el cólera o la fiebre tifoidea, sería un peligro constante.

Un total de 22 personas no tendrían más remedio que hacer sus necesidades en la calle, en los arbustos o en el campo, o se verían obligadas a utilizar letrinas antihigiénicas y deficientes. Las mujeres y las niñas serían las más perjudicadas, dada su mayor vulnerabilidad a maltratos y ataques, y no podrían gestionar adecuadamente su salud menstrual.

Un total de 46 personas vivirían en áreas vulnerables a enfermedades porque las aguas residuales y heces volverían a la naturaleza sin ser tratadas. Las otras 54 personas, que dispondrían de retretes seguros conectados a sistemas que tratarían los residuos de forma segura, no serían conscientes de la importancia de los servicios de saneamiento para proteger la salud y el bienestar.

Aproximadamente la mitad de los humedales situados en los alrededores de la comunidad habrían desaparecido en las últimas décadas, lo que aumentaría el riesgo de inundaciones.

Un total de 22 personas trabajarían o serían atendidas en un centro de atención sanitaria que no contaría con el servicio básico de agua, lo que las expondría a un mayor riesgo de contraer enfermedades infecciosas. Muchas de ellas tendrían que recibir tratamiento para enfermedades que podrían haberse evitado si la comunidad dispusiera de agua y saneamiento gestionados de forma segura.

La agricultura y las industrias de los alrededores consumirían más del 80% del agua disponible.

A causa del cambio climático, las sequías afectarían cada vez más a los recursos hídricos y al suministro de alimentos. Las inundaciones amenazarían con destruir las instalaciones relacionadas con el agua y el saneamiento y contaminar los recursos hídricos.

Sería poco probable que la comunidad hubiera suscrito un acuerdo de cooperación con las comunidades vecinas para compartir y proteger el agua.

Los miembros más pobres y vulnerables de la comunidad, que se verían desproporcionadamente afectados por la crisis, se enfrentarían a los mayores desafíos para conseguir una respuesta de las autoridades que supusiera la mejora de los servicios de agua y saneamiento.

Explicación de los datos globales más importantes

Hoy en día, 1 de cada 4 personas, es decir, unos 2.000 millones de personas, carecen de agua potable segura.
Prácticamente la mitad de la población mundial, es decir, 3.600 millones de personas, carecen de sistemas de saneamiento seguros.
Un total de 494 millones de personas todavía practican la defecación al aire libre.
Un total de 1.800 millones de personas son atendidas o trabajan en centros de atención sanitaria que carecen de servicios básicos de agua.
A nivel mundial, el 44% de las aguas residuales domésticas no se tratan de forma segura.
El agua de humedales se está consumiendo para fines agrícolas. Más del 50% de ellos ha desaparecido desde 1900.
Se prevé que la demanda mundial de agua (en extracción de agua) aumentará en un 55% de aquí a 2050, principalmente por la creciente demanda de la industria manufacturera 8aumento del 400%).
A nivel mundial, el 72% del agua que se extrae se destina a la agricultura, el 16% a los municipios -para fines de consumo en los hogares y para la prestación de servicios- y el 12% a la industria.
El 43% de toda el agua dulce que se extrae en Europa (más del 50% en varios países) se destina a la refrigeración de las centrales eléctricas. En los Estados Unidos, el porcentaje destinado a ese uso es de casi el 50%, mientras que en China supera el 10% del tope nacional de consumo de agua.
Solo 24 países han notificado que todas sus cuencas transfronterizas están sujetas a acuerdos de cooperación.
Cada año 1,4 millones de personas mueren y 74 millones verán acortada su vida a causa de enfermedades provocadas por condiciones deficientes en las esferas del agua, el saneamiento y la higiene.
Hoy en día, 1 de cada 4 personas, es decir, unos 2.000 millones de personas, carecen de agua potable segura.

Por “segura” se entiende “gestionada de forma segura” (el término oficial), esto es, que un determinado lugar dispone de agua potable no contaminada cuando la necesita.

Prácticamente la mitad de la población mundial, es decir, 3.600 millones de personas, carecen de sistemas de saneamiento seguros.

Por “saneamiento seguro” se entiende “saneamiento gestionado de forma segura” (el término oficial), esto es, un retrete no compartido con otras viviendas que elimina los excrementos humanos in situ de forma segura o bien permite su retirada y tratamiento en otro lugar.

Un total de 494 millones de personas todavía practican la defecación al aire libre.

Muchas personas no tienen más remedio que hacer sus necesidades al aire libre en campos, arbustos, cunetas y callejones, con frecuencia al anochecer para no ser vistas. En otras zonas, las instalaciones están mal mantenidas, son inaccesibles o culturalmente inapropiadas, por lo que la gente rehúsa utilizarlas.

Un total de 1.800 millones de personas son atendidas o trabajan en centros de atención sanitaria que carecen de servicios básicos de agua.

Esto significa que casi la cuarta parte de la población mundial trabaja o recibe tratamiento en clínicas u hospitales en los que el suministro de agua está a más de 30 minutos a pie o en donde este recurso se extrae de una fuente no protegida, como un manantial, río o estanque.

A nivel mundial, el 44% de las aguas residuales domésticas no se tratan de forma segura.

Esto significa que casi la mitad de las aguas residuales procedentes de los hogares -retretes, fregaderos, desagües y canalones- vuelven a la naturaleza sin que se elimine su contenido nocivo.

El agua de humedales se está consumiendo para fines agrícolas. Más del 50% de ellos ha desaparecido desde 1900.

Esta es una de las múltiples conexiones entre la crisis del agua la crisis climática. la pérdida de humedales deja a muchas especies sin sus hábitats, disminuye el número de plantas y suelos que desempeñan una función vital como sumideros de carbono y destruye un ecosistema que filtra de forma natural el agua y protege contra las inundaciones.

Se prevé que la demanda mundial de agua (en extracción de agua) aumentará en un 55% de aquí a 2050, principalmente por la creciente demanda de la industria manufacturera 8aumento del 400%).

El incremento de la población mundial supondrá un consumo de recursos cada vez más importante. El agua es un bien finito sometido a una presión creciente, por lo que urge ser mucho más eficientes y equitativos en cómo la usamos, con qué fines y para qué destinatarios.

A nivel mundial, el 72% del agua que se extrae se destina a la agricultura, el 16% a los municipios -para fines de consumo en los hogares y para la prestación de servicios- y el 12% a la industria.

La agricultura es, con mucha diferencia, el sector que más agua utiliza en todo el mundo. A medida que la población crece y demanda más alimentos, debemos conseguir que la agricultura haga un uso mucho más eficiente del agua.

El 43% de toda el agua dulce que se extrae en Europa (más del 50% en varios países) se destina a la refrigeración de las centrales eléctricas. En los Estados Unidos, el porcentaje destinado a ese uso es de casi el 50%, mientras que en China supera el 10% del tope nacional de consumo de agua.

En este caso también hay un vínculo entre la acción en la esfera del agua y la acción en el ámbito del cambio climático. Cuanto más rápido dejemos de utilizar sistemas de generación de energía que hacen uso de grandes volúmenes de agua, antes podremos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir la presión sobre el agua.

Solo 24 países han notificado que todas sus cuencas transfronterizas están sujetas a acuerdos de cooperación.

La mayoría de los países cuenta con recursos hídricos -como lagos, ríos o napas freáticas- que atraviesan fronteras nacionales, ya sea de forma superficial o subterránea. A medida que aumenta la demanda de agua el cambio climático hace mella en los recursos hídricos, es evidente que los países deben cooperar para gestionar estos recursos esenciales.

Cada año 1,4 millones de personas mueren y 74 millones verán acortada su vida a causa de enfermedades provocadas por condiciones deficientes en las esferas del agua, el saneamiento y la higiene.

Las enfermedades evitables, como el cólera o la fiebre tifoidea, suponen una amenaza mortal para las comunidades que viven sin servicios de agua y saneamiento gestionados de forma segura. Las infecciones por parásitos intestinales y la desnutrición derivada de los episodios frecuentes de diarrea y vómitos pueden tener consecuencias de por vida.

¿Por qué es importante el Día Mundial del Agua y por qué este 2023 es importante?

El Día Mundial del Agua que se conmemora anualmente cada 22 de marzo nace de la necesidad de concienciar a la población e impulsar acciones que permitan hacer frente a la crisis del agua y el saneamiento. Se trata de una iniciativa de las Naciones Unidas y coordinada por la ONU-Agua que cada año y con tiempo de antelación propone un tema sobre el que girará esa jornada tan especial.

Este año, el Día Mundial del Agua coincide con la celebración de La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de 2023, el primer evento de este tipo que se celebra desde 1977. Es la oportunidad idónea para que el mundo se una a favor del agua y acelere el cambio con mirar a que lograr el ODS 6: Agua y Saneamiento para todos de aquí a 2030.

* Información y datos extraídos de la “Hoja Informativa de la Campaña del Día Mundial del Agua-Acelerar el cambio” elaborado por www.worldwaterday.org

* Puedes descargarte el material que ha dispuesto la ONU para conmemorar el Día Mundial del Agua

Menú