“El mar no es un cenicero, ¡no tires tus colillas al suelo”

¿Sabes que una sola colilla es capaz de contaminar entre 8 y 10 litros de agua de mar, esa que utilizamos para abastecer de agua potable a todos los vecinos de Lanzarote y La Graciosa?

Súmate a la campaña de concienciación que estamos desarrollando de forma interna en Canal Gestión Lanzarote

Si eres fumador, dime en cuántas ocasiones has tirado una colilla al suelo sin pensarlo, de forma automática. Si eres franco seguro que contestarías que son muchas, más de las que ahora, que lo estás pensando, te hubiera gustado. ¿A que sí?

Los días mundiales que se celebran no deben quedar en simples efemérides. Tienen que tener un fin y una continuidad. Por eso, aprovechando que el 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco hemos decidido hacerte partícipe de la campaña de concienciación “El mar no es un cenicero, ¡no tires tus colillas suelo! que estamos desarrollando de forma interna en Canal Gestión Lanzarote.

Nuestro propósito es claro. Queremos dar ejemplo y todos los trabajadores de esta empresa hemos apostado por erradicar una muy mala costumbre que tiene graves consecuencias tanto para nuestro medio ambiente como para la actividad que desarrollamos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Empecemos por el principio. La presencia de colillas en el mar tiene un impacto directo en la biodiversidad marina debido a que los componentes químicos que se liberan pueden afectar a los organismos que allí habitan, incluso a través de la cadena alimentaria. Por ejemplo, afectan a la capacidad de las algas y plantas marinas de realizar la fotosínteses, lo que a su vez afecta a la supervivencia de los peces y otros animales marinos.

¿Pero sabes cuál es la afección que produce esta presencia de colillas en el mar en la actividad desaladora que desarrollamos en Canal Gestión Lanzarote? Partamos de la base que en el proceso de desalación, el agua de mar se bombea hacia la planta y se somete a una serie de procesos de filtración y separación para eliminar la sal y otras impurezas. Uno de los componentes críticos del proceso es el uso de membranas semipermeables que son sensibles a la obstrucción tanto total como parcial. Si las colillas y sus filtros terminan en el mar, las sustancias químicas tóxicas que se liberan de ellas pueden adherirse a las estas membranas reduciendo su eficacia y reduciendo el flujo de agua a través de las mismas. Así es como afecta negativamente a la eficiencia de las plantas desaladoras, disminuyendo su capacidad de producción. Sin contar que en muchos casos estas mismas colillas pueden obstruir los conductos de entrada de agua de las plantas.

Y, ahora está también la otra parte, la que afecta a los procesos de depuración. Si tiras una colilla al suelo y esta se cuela por las alcantarillas, llegando a la red de pluviales puede provocar problemas de atascos en las estaciones de bombeo de aguas residuales y en las propias depuradoras. Como no se descomponen de forma inmediata, al llegar a estas infraestructuras se empiezan a amalgamar con otros residuos, tipo toallitas. Los operarios siempre harán todo lo posible por retirar manualmente estos residuos, pero en muchas ocasiones el colpso y desbordamiento de esas aguas residuales se se produce.

Solo el año pasado se tiraron alrededor de 30 millones de colillas al suelo en el conjunto de las islas. Y se apunta a que de estas, aproximadamente un millón terminaron en el mar, conformando una gran parte de la basuraleza que encontramos en nuestras playas.

Es importante destacar que las colillas tardan en degradarse entre 10 y 15 años, liberando sustancias químicas nocivas para la fauna y flora. Unos tóxicos que tienen la capacidad de contaminar entre 8 y 10 litros de agua de mar.

Así que explicada esta problemática medio ambiental, te invitamos a que luches contra el contaminante más común que se detecta actualmente en el medio marino: la colilla de cigarro. Haz frente a la basuraleza junto al equipo humano de Canal Gestión Lanzarote. Prestemos atención a nuestros comportamientos diarios para evitar lo que no queremos y contribuyamos para que a nuestro mar no lleguen las colillas. Recuerda: “El mar no es un cenicero, ¡no tires tus colillas al suelo!

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